Las temperaturas cálidas al final del invierno e inicio de la primavera provocaron una brotación temprana de la viña.
La entrada de una masa de aire polar trajo heladas generalizadas en todo el norte de España a finales de abril y principios de mayo ocasionando pérdidas importantes en el viñedo.
Afortunadamente, a finales de agosto llegaron las esperadas lluvias que permitieron a la planta terminar su ciclo de maduración de forma óptima. Iniciamos la vendimia el día 19 de septiembre.
La uva entró en bodega en unas condiciones sanitarias optimas y con gran calidad.