Microvinos. La Historia de los vinos.
Deambular por el portfolio de Microvinos me trae recuerdos extraordinarios de las vinificaciones, viajes, catas, eventos, etc… que he venido realizando a lo largo de mi vida personal y profesional como enólogo y sumiller.
En el catálogo se encuentran experiencias del todo emocionantes, hay muchos e interesantes vinos, variedades, zonas geográficas con y sin do, con o sin madera con o sin sulfitos.
Está premeditado y a la vez actualizado para todo aquel amante del buen hacer.
La apuesta es arriesgada pero a la postre súper satisfactoria. Hay que estar muy pendiente de qué pasa en las bodegas, hay que catarlo, hay que seleccionarlo, hay que comprarlo y la mayor dificultad radica en que hay que transmitirlo.
Por suerte cada día más, las puertas de muchos paraísos, de muchos restaurantes y tiendas, se abren para poder recibir todo este esfuerzo vitivinícola. Siempre, los que elaboramos así, andamos contando cuentos y adivinanzas. No hay vino sin historia.
Manu, Cristian, Israel y todo su equipo son nuestros embajadores y cuentan nuestros relatos con gran emoción y alevosía. Creen en ellos y así lo hacen saber.
No es nada fácil no parar de trabajar día tras día retransmitiendo, casi como un locutor bien formado, todas las locuras que se nos ocurren a personajes tan carismáticos como puedo ser yo mismo.
No es fácil tampoco luchar con los grandes productores que inflaman las cartas de vinos.
Desde mi pequeño proyecto quiero daros las gracias por vuestro esfuerzo, gracias por arriesgar.
Transmitiros todo mi ánimo y energía para que sigáis predicando nuestro mensaje.
Me toca en este blog hablar un poco ahora de mi trabajo, de mis vinos.
Por de pronto, por qué los llamo “vinos Bio”.
Hace más de 20 años ya elaboraba y creía en la estrategia poca o nada intervencionista en el viñedo y en bodega. En algunos casos recibía incomprensión, por no llamarlo de otra manera.
Se hacía necesario respirar y para eso me consolaba viajar rumbo a Australia. Pasaba por Paxton en MacLaren Valer o por Seresin en Marlborough New Zeland. Tampoco me importaba brincar por Europa: Loira, Mosela algún loco de Champagne y cómo no, pasar por Valpolicella.
Recuerdo que en 2012 caté más de 10.000 vinos en un año, además me pagaron por ello. No words!!!
Vi y probé de todo, buscaba lo auténtico, lo genuino y lo diferente. Encontré infinidad de métodos, formas, locuras e incluso esos secretos que solamente se cuentan cuando algunas copas y botellas fluyen por tus venas, contribuyendo a vaso dilatar el conocimiento.
La respuesta siempre se manifestaba mejor y con mayor personalidad en los vinos con vida, los vinos Bio.
He catado grandes vinos súper tecnológicos, perfectamente elaborados, enormes en todos los aspectos, pero muchos de ellos se hacen aburridos al final. Se convierten en monótonos, en vinos, como muchas veces decimos, sin alma.
La elección de “vinos Bio”, sin más. Fue fácil de adoptar. Acompañarlo de “dinámico” es cierto que, aunque todos somos energía y existen muchas formas de transformarla, no estaba preparado para adoptar esta marca.
Mi creatividad me llevó un paso más allá: crear vinos Multidinámicos. Es mi propia certificación. Mi propio criterio.
Por mi formación y pasión, soy viticultor, enólogo y sumiller.
Al final, mis vinos, no son mi más ni menos que el fruto del conocimiento y de la experiencia adquirida como un personaje ávido de crear y de experimentar nuevas sensaciones. Ese es mi estricto criterio.
Las certificaciones, si evaluamos el aspecto sensorial, no significan nada. Los vinos no van a tener más nariz o más carácter si han pasado o no por el cajero de los certificadores.
Los vinos, en mi opinión, se hacen en el campo y se deben de acompañar en la bodega. Es muy importante el cuidado y salubridad del suelo, la interacción con las plantas, el medio ambiente, el humus, la huella de carbono, la flora y la fauna, el cultivo vertical equilibrado con el cultivo horizontal, la cubierta vegetal , el equilibrio de carga, el respeto por los acuíferos, las aves, las alimañas…… y mil y una historia más, pero pero si el vino no satisface, ya puedes encontrar en copa el famoso pedernal, la tiza, o cualquier otro elemento “mineral” tan de moda ahora, que no conseguirá su objetivo, el de hacerte pasar un buen rato y sentirte bien en compañía de un buen vino.
Para mí no existen reglas, sí desafíos.
Muscat desmoscatelizado, La Muscat 2018,
Combinar suelos y variedades Arcal,
Trabajar con triples fermentaciones, Demorado,
Mezclar elaboraciones de zonas septentrionales con maneras del sur Eclo 2018, entredicho 17-18
Saltar desde Jaén al Loira, es el Jaén Negro.
Crear el primer FINO PASADO de la historia. La Botella debajo de La Mesa Very old wine
Serie wild Bobal y Monastrell, extraer y magnificar lo que dan cada añada. Unos años se expresan de una forma y otra de otra. Esto es lo divertido.
Infusionar variedades de un modo semiancestral, Método Bobal y Método Merlot
Interpretar una añada, con ritmo y un buen blending. CÓDIGO DE PARRAS
Neebbiolo 2018, Syrah 2018 Petit Verdot 2018. 3 plantas para construir una botella. Solamente con la uva.
Roussane y Pinot Noir en verde. Blancos sin corregir de nada. Vinos indisciplinados. Locuras de verdad.
Esto es mi vida y mi parte de mi contribución a lo epicúreo.
Seguiremos interpretando.
Pedro Olivares
Encantador de Vinos
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